lunes, 4 de mayo de 2015

Capitán Kronos, cazador de vampiros

 
 
 
 
 
 
Titulo Original:Captain Kronos, Vampire Hunter 
Año: 1973 
Duración: 83 min. 
País: Reino Unido 
Director: Brian Clemens 
Guión: Brian Clemens 
Música: Laurie Johnson 
 
 
 
 
 
 
Cuando varias jóvenes aparecen muertas, extrañamente envejecidas y sin una gota de sangre en el cuerpo, el Dr. Marcus sospecha que se trata de vampirismo, por lo que recluta a Kronos, el Cazador de Vampiros, el cual ha destinado su vida a luchar contra el mal. Una vez víctima él mismo del vampirismo, conoce la fuerza y la debilidad de los vampiros, así como los grandes peligros que conlleva el enfrentamiento a las fuerzas del mal.
 
En 1973, el mítico cineasta Brian Clemens se encargó de dirigir para la igualmente mítica Hammer Films un experimento atípico en el terreno del terror gótico. La propuesta estuvo basada en mezclar el cine de capa y espada con el mundo de los vampiros, una jugada que si bien fue un fracaso en su época, con el paso del tiempo ha adquirido un cierto estatus de culto. En esta ocasión, tenemos a un soldado llamado Kronos que, acompañado del jorobeta del profesor Grost, se dedica a apalizar no-muertos, destruir vampiros y rescatar jóvenas estupendas. La historia nos lleva (cómo no) a tierras centroeuropeas y nos enteramos de que hay unos vampiros especiales que están parrandeando por ahí, succionando la juventud de las jovencitas y liándola parda si la situación lo merece. Total, que ni corto ni perezoso, nuestros amigos, Kronos y Grost se orillan prontamente en el territorio afectado y se encuentran con una gitana (Carla, interpretada por la buenérrima de Caroline Munro, reventona y en su plenitud chonil) que sufre castigo por bailar en pleno Sabbath. Total, que la liberan y deciden que puede acompañarles para ver si les ayuda con los lugareños y las gentes de mal vivir que pululan por los aledaños.
 
Así, poco a poco, se van enterando del misterio de los vampiros que están por ahí y cuando tienen algún problema con los paisanos, también les aliñan a base de espadazos. El esquema de la película es el siguiente: llegan a un sitio, la lían parda, lo solventan con unos cuantos espadazos y se largan. Luego está el tema de los métodos utilizados por el particular grupo de cazavampiros. Con esto quiero decir que llegan, cogen a uno que es un vampiro, pero como no saben que es lo que le afecta, van probando con distintas técnicas por el método de ensayo y error. “Ups, esto no funciona Grost” “Va, venga, me cago en sus calaveras más recientes, dale a ver si con la plata”. Y así, con una gran carga de fantástico humor negro, van despachando al pobre hijoputa hasta que lo escabechan con el respeto debido.
 
Luego otro aspecto interesante que tiene la peli es que a veces dudamos de la naturaleza de Kronos: ¿este maromo también es un vampiro? ¿acaso es un híbrido? ¿Se trata de un simple superviviente, tal y como atestiguan las cicatrices que tiene? El caso es que no entiendo lo de las sangrías que se practica con sanguijuelas y lo de la meditación a oscuras con una bolsa de cuero en la cara. Igual, pienso, se ha leído la chusta aquella de Cincuenta sombras de Remigio y le van las prácticas marranas, la asfixia sexual y mierdas de esas. Luego tenemos el romance que empieza a mantener con Carla, bastante light para los cánones de la Hammer: ya sabéis, esta gente estaba siempre empeñada en sacar tetas y culos en todas sus pelis, manía literalmente copiada por el cine y las series españolas.
 
La historia me gustó bastante, no se mete en el manido tema del Conde Drácula sino que explora la amenaza de dos hermanos vampiros, chico y chica, residentes en Centroeuropa y turistas habituales en Pichagorda del Caudillo. Digamos que las pistas dejadas por estos hijoputas nobiliarios llevan a Kronos y a sus amigos hasta su casa, donde se pelean a espadazos pero también recurren a los métodos tradicionales para escabechar chupasangres.
 
Precisamente, las peleítas están más o menos bien, con coreografías al viejo estilo del cine de aventuras clásico. Eso sí, vistas hoy día, tal y como la batallita del cementerio, son simpáticas y un tanto cutres: la gente parece que en vez de dar espadazos están apartando gallinas a manotazos... Pero no es culpa de nadie, es que la Hammer ya estaba en fase terminal. En cuanto al trabajo del reparto, pues no hay mucho que destacar: Horst Janson hace del mostrenco de Kronos, un tipo con caracartón perpetua que parece tener problemas para evacuar los cagarros, luego tenemos a John Cater haciendo del jorobetas profesor Grost, el cerebro y promotor de todas las operaciones de caza vampírica. Por otro lado, como decimos, está Caroline Munro, que básicamente pone el pollo (muslo y pechuga) en la mesa y tal. Luego también tenemos a los hermanos vampiros, Lord y Lady Dunward, que pasean su pose de aristócratas con cara de mortis viventis, vampiros y chupasangres, no-muertos y también poco vivos, con cara de estar aguantándose un pedo mortal, de esos que te chascan el duodeno y dejan en los calzones un derrape más profundo y apestoso que el sobaco de Chthulhu.
 
En general me parece una buena película, aunque podría haber dado mucho más de sí de haber contado con un mejor guión y algo más de pasta en la saca para hacer cosas. De hecho, para hacer una película de este tipo no hace falta calentarse mucho la cabeza y buscar retruécanos raros, lo mejor es estructurar bien la acción y no dejar que decaiga el ritmo, como sí que pasa en algunos momentos de la película. Si nos ponemos a buscar alguna similitud en el cine reciente con este filme, nos encontramos con Van Helsing, aquel truñaco firmado por Stephen Sommers que es infinitamente peor que la peli de la Hammer. Un día la comentaré. Lo bueno de Kronos, cazador de vampiros es que no resulta pesada de ver y tiene algunos aciertos en el tratamiento de la acción... Lo único es que se nota que quiere dar un paso más en el cine de vampiritos pero no tiene muy claro por donde tirar... El recurso de los vampiros que absorben la juventud de sus víctimas y tal también lo copiaron en Fuerza Vital, aunque con efectos mucho más terribles y metiendo el tema de las pandemias zombies, muy de moda en plenos años ochenta del pasado siglo.
 
¿Recomiendo esta película? Naturalmente que se merece un visionado, con toda su cutrez y su encanto de lo hortera, tiene el fabuloso toque british de la Hammer y solo por ello ya hay que verla.

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