sábado, 3 de mayo de 2014

Tren de noche a Lisboa (Night Train to Lisbon)






Título original: Night Train to Lisbon
Año: 2013
Duración: 110 min.
País: Alemania
Director: Bille August
Guion: Ulrich Herrmann, Greg Latter (Novela: Pascal Mercier).
Música: Annette Focks
Reparto: Jeremy Irons, Jack Huston, Christopher Lee, Mélanie Laurent, Charlotte Rampling, Lena Olin, Tom Courtenay, Bruno Ganz, August Diehl, Martina Gedeck, Beatriz Batarda, Burghart Klaußner, Nicolau Breyner, Filipe Vargas, Adriano Luz.
Premios:
2013: Festival de Berlín: Sección oficial largometrajes (fuera de concurso).








El profesor de latín, Raimond Gregorius (Jeremy Irons), encuentra un día en Berna, en el puente de Kirchenfield, a una portuguesa que está a punto de tirarse a las aguas del Aar. Sin pensarlo, interviene y la salva. La lleva consigo, pero la chica desaparece sin dejar más rastro que un impermeable y un libro de un autor portugués. Raimond coge el tren para Lisboa con el propósito de conocer al misterioso escritor cuyo libro plantea las cuestiones que desde hace años lo atormentan.




Fui al cine con muchas ganas de ver esta película, ya ni pensando en que llegase a estrenarse en España, y salí encantada de verla. No he leído la novela en la que se basa la película (una lástima) pero me gustaría apuntármela para un futuro.
Pocas películas tratan un tema como el de la dictadura portuguesa (los nazis ganan por goleada, que se le va a hacer) y siempre es interesante ahondar en algo de variedad en la temática del cine. ¡Que la pobre Portugal parece que no existe! A raíz de esto, destacar esa preciosa (o incluso más que eso) Lisboa. Una fotografía impresionante que nos muestra la bella ciudad, sus calles, sus monumentos, su mar… y su historia, por supuesto.
Sólo este punto, sus impresionantes imágenes, ya merecen un sobresaliente. Pero no es lo único que te enamora de la película…



En la cinta, el protagonista, interpretado por un siempre genial Jermey Irons, lo deja todo por viajar a Lisboa. Un día, decide irse de su trabajo de profesor y coger un tren, sólo con lo que lleva puesto, para viajar allí. Y todo por un libro que cae a sus manos por puro azar y del que se queda prendado, él se ve reflejado y siente la necesidad de conocer a ese autor con el que ha compenetrado tanto. La premisa de la historia te invita a ti a hacer lo mismo, debes acompañar a Raimond (Irons) en su aventura. Es más que probable que si no lo logres, la cinta no termine de convencerte, pero tarde o temprano, caerás antes ella, estoy segura.



Conforme avanza la película y gracias al viaje de Raimond, se va ahondando más en otros temas. Una historia de amor, los lazos de la amistad, el compromiso político y la lucha por los derechos en una Portugal atada a la dictadura de Salazar.
Hay dos líneas divisorias en la cinta, por un lado, está Raimond intentado recopilar toda la información posible sobre ese escritor que tanto le ha calado, hablando con familiares o amigos que aún siguen vivos. Y por otro, y conforme avanza la investigación, las imágenes del pasado en las que revivimos unos hechos históricos que, si nos paramos a pensar, sucedieron hace muy poco. Todo esto, hilado perfectamente, sin que ninguna de las partes pese sobre la otra. Y siempre con ganas de saber más, exactamente con el mismo entusiasmo con el que Raimond indaga.




También es cierto que a mí las películas que invitan a dejar de lado tu monótona vida y lanzarte a la aventura me encantan. Esas cintas que obligan al apocado (o apocada) protagonista a abandonar su seguridad para adentrarse en nuevas aventuras inesperadas. Siempre te hacen sentir más vivo, que es lo que acaban descubriendo los protagonistas. Se ve que yo también necesito unas aventuras iguales…
Por eso, me es fácil comprender a Raimond. No sé si hubiese tenido el valor para hacerlo, pero si me encantaría.




En cuanto a los actores. Ya he dicho que Irons está perfecto como el profesor Raimond, pero es que todos están geniales.
A parte de él, tenemos a Jack Huston (el hombre de la media cara de “Boardwalk Empire”, que he de admitir que me parece un chico guapísimo y que actúa genial…) como el escritor al que admira Raimond, a su hermana, interpretada por Charlotte Rampling, y… debo reseñar la tremenda emoción que me causó ver a Christopher Lee en pantalla (aunque me pasa siempre), el hombre-eterno que tanto me gusta. El suyo es un rol episódico, sí… pero verle es siempre un gran placer. Y jamás me cansaré de disfrutar de su presencia en sus míticas películas. Un hombre que si fallece (que no lo hará, es un vampiro) será delante de las cámaras, después de toda una vida actuando.




Y el final, sin revelar nada, me pareció precioso y muy apropiado. Yo es una cinta que os recomendaría a todos, aunque si leéis las críticas de los ‘expertos’, la califican bastante mal.
Jamás entenderé a estos ‘sabios’ que curiosamente casi siempre están de acuerdo en lo que dicen, y en decirlo a modo de filosofía barata, con palabras pedantes y rimbombantes. Debe de ser un gen, que les obliga a hablar con un odio increíble hacia ciertas obras, vete a saber porque.
Pero yo, siempre me he sentido identificada con ese Vincent Price (y eso que no soy actriz) que en su película “Matar o no matar, ese es el problema” (“Theatre of Blood”), asesinaba a los críticos que le habían hundido en la miseria con críticas hirientes y ofensivas (tengo que reseñarla algún día).



Porque no, yo no me considero critica, simplemente comparto este espacio web para hablar sobre algo que me encanta, el cine. Sólo que aquí escribo en vez de hablarlo…
Y rara vez algo me gusta tan poco como para sacar los cuchillos y destriparlo. Y en el caso, nunca lo haría de esa manera. Hay formas y formas de escribir las cosas.
Pero me estoy alejando del tema, ya sabemos de sobra como son los críticos. A mí me pareció una preciosa película, que te arrastra durante todo su metraje. Con buenos actores, guion y fotografía y que nos habla de un tema muy poco tratado. Si tenéis oportunidad, verla.







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