domingo, 16 de febrero de 2014

La matanza caníbal de los garrulos lisérgicos








Título original: La matanza caníbal de los garrulos lisérgicos
Año: 1993
Duración: 77 min.
País: España
Director: Antonio Blanco y Ricardo Llovo
Guion: Antonio Blanco
Música: Julián Hernández y Xurxo Souto
Reparto: Manuel Manquiña, Juanillo Esteban, Julián Hernández, César Strawberry, Belén Negreira, Mamen Rivera, Marcos Taboas, Teté Delgado.










Un grupo de amigos salen de un cocierto de rock y se pierden en el bosque, pero se encontrarán con la familia Machado, que amablemente se ofrecerá a ayudarles.
Los Machado se dedican a los embutidos y pronto los chicos se darán cuenta que la carne que utilizan, no es precisamente de animales...




Hacía mucho tiempo que esta película rondaba por mi lista de gore (¡y español!) a ver. Fue terminar los exámenes y pensar que era el momento perfecto para estrenarse de una vez.
La copia en VHS que tengo no es de muy buena calidad, pero se oye y se ve de manera aceptable, así que… ¿qué más pedir?

Para poneros en antecedentes, la película fue rodada en Galicia y cuenta con un actor bastante conocido, como es Manuel Manquiña (y ‘cameo’ de Teté Delgado).
Acto seguido, os la relato, pero de una manera especial, no como acostumbramos a hacerlo por aquí. Lo hago así porque es que la condenada tiene buen material, no podía dejar de apuntar cosas mientras la veía…




Empecemos, ¿listos todos? Pues la cosa comienza con un grupito de rockeros con chupas de cuero (parecen bastante pijillos ellos, pero bueno) que vuelven de un concierto y pasan por el bosque más siniestro, tétrico y abandonado de toda Galicia. El coche se estropea (por supuesto) y nuestros amigos bajan, todo chulos ellos, a ver si alguien puede ayudarles. Se la dan de tan malotes, que piensan que asustaran a intimidaran a los gañanes gallegos (pobres ilusos… no saben que Galicia es la Texas española).

Y enseguida se toparan con la ‘agradable’ familia Machado, dedicada al noble arte de hacer embutidos. Sus pintas son ya bastante sospechosas. El cabeza de familia, Manuel Machado (Manuel Manquiña) es el típico gañán de la tierra, mientras que Rufo, es un agradable muchacho con cierto retraso mental, que viste una bonita camiseta de Naranjito, babea mucho y le encanta ver la televisión (aunque está rota, no sé qué es lo que ve…)


Amablemente, los Machado se ofrecen a ayudarles. Una de nuestras rockeras, pregunta si se puede duchar, a lo que Rufo, extrañado responde “¿duchas los domingos?”. (Comprensible, estos pijos de ciudad...)
Como nuestra familia rural es muy católica ella, reparten las habitaciones de forma respetuosa (es un puntazo el acento galleginho que tienen, se me pega y todo) y los chistacos sacados de anuncios de televisión noventeros no veais (“que bien, que bien, hoy comemos con Isabel…”).

Cambiamos de escena, uno de los chavales va hacia su habitación y se encuentra con Virtudes Machado, una alegre ninfómana que intenta realizarle una violación caníbal. ¿Por qué caníbal? Porque mientras se le restriega, le arranca la lengua de un bocado.
Ante tanto grito, aparece Manuel cabreadísimo porque ve que ‘violan’ a su hermana y de un navajazo, las tripas se van todas fuera. Nuestro amigo, corre mientras tropieza con sus propios intestinos e intenta volver a metérselos en su sitio.
Manuel, enfadado aun, le increpa a Virtudes: “¡qué haces cochina! ¡Comiéndote eso sin hervir ni ná’! ¡va a pillar algo! (léase con acento gallego).
Nuestro amigo, medio destripado, huye al granero, donde es ‘despollado’ por un algo que hay allí. Manuel se enfada cuando ve el desaguisado y tenemos una bonita escena de incesto con Virtudes.






Otro de nuestros alegres amigos rockeros, va a la cocina a ayudar a Rufus, que está cocinando a su manera. El iluso se ofrece a echarle una mano (juasjuas chistaco caníbal) y claro, una cosa lleva a la otra y la mano acaba separada del cuerpo. El anfitrión vuelve, y otra vez pilla un cabreo por la de sangre que hay por todos lados. Y claro, como buen samaritano que es, se pone a curarle, pero como son las cosas, acaba cortando de más para igualar.






Acto seguido, Manuel manda a Rufo recoge el cadáver y sacarle los ojos (es que se secan, amigos) pero no sin antes pedirle a su hermano si puede comerse uno…
Y ahora ya tenemos un primer plano de un ojo sacado, pero cuando va a comérselo... aparece unas de las chicas rockeras y sale despavorida. La muchacha logra escapar porque nuestro amigo Rufus se hostia.
En su huida, la muchacha se topa con otros gañanes que trabajan el cementerio, mientras beben vino, cosa normal. Y como no, decide pedirles ayuda. ¿Y qué pasa? Que la atacan y le revelan que no son enterrados… ¡son desenterradores! Muajaja y además, son amigos de los otros gañanes (obvio, obvio). Y para tomarse un descanso, deciden violarla.




Siguiente escena, Manuel está preparando a uno de los cadáveres, cual matanza del cerdo, y nos va enseñando, como si de clase de anatomía fuese, los órganos, que después irán a salar.
Y la cena ya está preparada para la muchacha que aun coletea. Le sirven un plato exquisito (mentira) que debe degustar. Y aquí viene otro chistaco caníbal respecto a que su amigo no estaba: “Lo notaba como cortado” jajaja.
La cosa empieza a calentarse cuando la chica no quiere comer más… y los anfitriones le espetan que en Somalia mueren muchos niños y debe de comer, que ellos consiguen la comida honradamente (¿¿??)
Y cual madre, le espetan que aquí no se levanta nadie de la mesa hasta que se lo haya comido todo. Así que, como es lógico y normal, la clavan a la mesa con clavos. Y por un embudo, la ceban cual pavo, y luego una bromica con un petardo, para romper el hielo.



Luego viene la putarracha (así la llaman) que le recuerda a Manuel que debe darle la dosis de semen a las presas. Con jeringuilla, que él es muy señor y no lo hace a pelo, ¿y si pilla una enfermedad? Gañanes serán, pero son cuidadosos con las enfermedades.
Y diréis, ¿dosis de semen a las presas? Pues resulta que la familia Machado cría humanos, como el que cría cerdos para el embutido. Pues igual, pero con humanas, a las que ellos mismos inseminan.
Y milagro de la naturaleza, un bebé ha nacido (es un muñeco, muy feo, se nota). Así que se lo llevan, porque los recién nacidos son tiernecitos y más sabrosos. Y como va cantando Rufo “Pezqueñines si, gracias”.
Y ya tenemos escenas habituales como un sorbete de sesos de recién nacido. Simplemente, delicioso. Pero claro, la madre aparece. Y de la paliza que le dan, se le desparraman los sesos. “Comed, comed, que de lo que se come se cría”, dice Manuel, pero me parece que más cerebro no desarrollarán…



La presa llora porque no ve a Luis… ellos la calman, diciéndole que le vera, pero que difícil será que el la vea a ella. Y es que claro, recapitulemos, al muchacho le habían arrancado los ojos (y la mano). Pero ahora nos cuenta la emotiva historia de Roko, un cantante de Rock que llegó a la aldea y acabó siendo el “amigo-peluche” de Rufo, muy emotivo todo. Hasta que llega Virtudes, muy salida ella, y práctica un poco de necrofilia con Roko. Rompiendo el encanto.

Volvemos al cementerio. Donde entierran a nuestra amiga y sueltan varias perlas, como el guiño caníbal y machista: “creo que el mejor sitio para la mujer está en la cocina”.
Mientras en la casa, a la chica le regalan el pene de su novio, como un bonito recordatorio de él.

Pero una de las grandes escenas llega ahora, cuando Manuel desenfunda su sierra mecánica, llamada cariñosamente ‘dentuda’… y hay una interacción con el espectador, espetándonos que si ya pensábamos que no iba a salir
(pequeño corte en el reencuentro hombre-sierra que da nuevo significado a la frase ‘comerte a besos’)
Y seguimos con los guiños a “La matanza de Texas”, Manuel dice que sierra es ‘la familia’. (Alusiones de los actores a cámara diciendo que nunca han estado en Texas, pero que todo les suena a algo… ¿a qué será?)



Nos encontramos ya en la recta final… donde descubrimos la horrible realidad. Resulta que Virtudes es una guarrilla que se tira a todos (¿increíble, verdad?) y cuando Roko apareció, fue ella la que le violó a él, no al revés como pensaban…
La única que queda viva, intenta razonar explicando esto, pero pierde la cabeza, literalmente. Porque Manuel no la cree…
- ¿Por qué seguir matando? – dice ella.
- Joder, porque nos gusta la gente.
Y nuestro querido Manquiña repite su mantra: “maldito sea el sexo, las drogas y el rock and roll”. Y deciden ir a la capital a arreglar el mundo.
¡FIN!

Después de este análisis descriptivo, comentar que la película tiene hasta un contexto social… el choque de la Galicia rural y la Galicia cosmopolita. ¿No? Un poquillo al menos, sí, que no me miréis así…
Más allá de eso, es una película mala, está claro. Pero ojito, porque engancha, no se hace aburrida y te ríes mucho viéndola. Es cutre y la calidad de grabado es pésima (aun disponer yo de un VHS, no creo que la cosa fuese mucho mejor).
Pero creedme, no tiene nada que envidiar a “La matanza de Texas”. Bueno, si, los efectos son algo mejores… ¡Por cierto! ¿Que nos ha pasado a los españoles? Antes hacíamos más películas locas como esta…
Una joyita del cine gore y cafre español. No os la toméis en serio, está hecha para reírse. Y oye, que Manquiña está muy bien, eh. 



2 comentarios:

  1. No tiene desperdicio la película XDDDD tenía ganas de leer la reseña por la de cosas que nos contabas en clase. Los Machado no tienen que envidiar al de la matanza de Texas, a lo mejor son familia y todo XD

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    1. Ha valido la pena esperar para conocer a los Machado, ¿no? XD
      ¡Ojito! que yo creo que estos son más peligrosos que sus parientes de Texas jeje por que, sí, familia son... ¡hasta comparten oficio! todos charcuteros XD

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