Elysium - 'Blomkamp nos muestra la eterna lucha entre los ricos y los pobres a ritmo de ciencia ficción'

Título Original: Elysium

Año: 2013

Duración: 109 minutos

País: Estados Unidos

Director: NeillBlomkamp

Guión: Neill Blomkamp,

Música: Ryan Amon

Reparto: Matt Damon, Jodie Foster, Sharlto Copley, Alice Braga, William Fitchner, Diego Luna, Wagner Moura, Talisa Soto, Ona Grauer, Terry Chen, Adrian Holmes

En el año 2159, los seres humanos se dividen en dos grupos: los ricos, que viven en la estación espacial Elysium, y todos los demás, que sobreviven como pueden en una Tierra devastada y superpoblada. Rhodes (Jodie Foster), una dura gobernante, promueve una rígida ley antimigración, cuyo objetivo es preservar el lujoso estilo de vida de los ciudadanos de la estación espacial. A pesar de ello, los habitantes de la Tierra harán todo lo posible por emigrar a Elysium. Max (Matt Damon) acepta una misión casi utópica, pero que, si tuviera éxito, significaría la conquista de la igualdad entre las personas de esos dos mundos tan opuestos.

Corría el año 2009 cuando un director bastante desconocido  nos deleitaba y sorprendía con su opera prima, ‘District 9’, logrando una gran cantidad de nominaciones a premios, incluyendo los Oscars, en las categorías de Mejor Película, Mejores Efectos Visuales, Mejor Guion y Mejor Montaje. Una historia al más puro estilo de ciencia ficción, pero con un trasfondo muy social, ambos géneros muy bien adaptados, consiguiendo así una muy buena película. Neill Blomkamp entro así en acción en Hollywood, desde Sudáfrica. Gracias a esta película, se hizo un nombre, y es por eso se esperaba con muchas ganas su segunda película, esta que nos ocupa ‘Elysium’. Lo peor a lo que se ha tenido que enfrentar es a ese nivel que el mismo impuso con su otra cinta, pero creo que no ha defraudado.

Max vive en la Tierra, un emplazamiento de mala muerte y con demasiada población. Desde niño ha soñado con vivir en Elysium, un paraíso solo al alcance de los más ricos, con la mejor tecnología. En ella esta Rhodes, una gobernante que no deja que nadie que no debe entre en su paraíso. Pero Max tiene un problema: está a punto de morir, y allí arriba tienen maquinas que son capaces de curar toda enfermedad. Por ello va a entrar en el sitio más vigilado del mundo. ¿Sera capaz de entrar?

Está claro que el director quiere hacer constar las desigualdades sociales. En su primera película ya lo hizo a
través de los aliens, y mostrando una referencia a los guetos. Esta vez lo hace mostrándonos algo que estamos viendo cada día, muy de cerca, viviéndolo como si nos pasara a nosotros (que en cierta manera es así): la lucha constante entre ricos y pobres. Pero no de una manera sutil, sino a lo bestia: ricos que son muy ricos, y pobres que son muy pobres. Todo enmarcado dentro de la ciencia ficción, que es el género en el que parece ser que se siente más cómodo. Y la verdad es que se le da muy bien, porque recrea perfectamente el ambiente que quiere mostrar, de total desolación en la Tierra, con todo lo que conlleva, y de riqueza máxima y todo lujo en Elysium. Leyendo las críticas de la cinta, muchos comentan que no llega a la altura de su predecesora, pero yo creo que no tienen mucho que ver la una con la otra. Cada una es mejor a su manera, y en esta se nota que el presupuesto era mayor que en la anterior. A pesar de todo, está muy bien.

La historia es más que sencilla, quizás en eso esta falle con respecto a la otra, que la veíamos como más novedosa. En esta simplemente vemos la eterna lucha entre ricos y pobres, al hombre que intenta desesperadamente cambiar su vida, intentar ser lo que no puede ser, recordándose en cada momento de donde viene y cuál es su función en el mundo (las escenas en flashback cuando es niño me gustaron mucho, y su significado). Esto también nos demuestra algo que, de ser cierto, no nos deja esperanzas para nada: nunca conseguirás ser aquello que deseas ser, en este caso una persona rica. El protagonista nació en la Tierra, y ese siempre será su hogar, aunque intente por todos los medios llegar allí. Es cierto que llega a cambiar de visión cuando su vida corre peligro y necesita por todos los medios subir allí arriba. Es una historia de superación, al fin y al cabo, tanto por parte de Max como por parte de su amiga de la infancia, Frey. El objetivo de ambos es llegar a las maquinas de curación, que pensándolo bien, es una maravilla, anda que no mejoraría las cosas.

El reparto está muy acertado. Matt Damon es un hombre de acción, en todos los sentidos (además de un camaleón, es cierto, me encanta). Demuestra que sabe adecuarse a cualquier papel, y cuando le vemos con el traje, que por cierto es muy ‘molón’, pues como que gana puntos. Es un personaje muy cercano, como nosotros, y eso hace que sientas empatía por él. Jodie Foster esta magistral como la cabrona jefa (hablando en plata), y siendo tal y como es hasta el final. Y Sharlto Copley, que parece ser que se va a convertir en la estrella de Blomkamp. Es perfecto en el papel del villano, todo un descubrimiento el que nos hizo el director en el 2009.

También se ha tratado el tema del racismo, porque los habitantes eran todos latinos, pero eso no lo veo por ninguna parte, en fin, siempre tienen que sacar la puntilla a algo, y esta parte les venía al pelo. Eso sí, hace mucha referencia a la ley antiinmigración, que está muy en boga siempre.

Una digna película de ciencia ficción, con trasfondo social, no muy novedoso, pero si entretenida y atractiva. Con ganas de ver lo próximo de Neill.